
En este proyecto de interiorismo, las obras de arte potencian la luz y el espacio, destacando la pureza del blanco y el contraste elegante del negro y el gris. Cada pieza interactúa con la luz, creando profundidad y equilibrio, mientras el arte se convierte en mediador entre forma, color y emoción. Así, al llegar al hogar, cada ambiente transmite paz, tranquilidad y armonía, convirtiéndose en un refugio que inspira bienestar y contemplación.




